Se encrespa mi piel
bajo las sábanas
que mantiene
vivo el torbellino de tus manos
encubren la humedad de tus dedos,
vigentes desde la ausencia
Carne lujuriosa capaz de tocar música en la
marea,
que nos desborda, traspasando
el culmen de las emociones
y moldea quimeras a su capricho.
C. Parra