Ella tocaba el saxo en la penumbra
de un cafetín de barrio.
Vicente Martin
En una esquina cualquiera
Abrigado por la semi oscuridad de un bar,
Un hombre, tocaba el violín
Llevaba un sombrero viejo
Los pies desnudos
Y fijaba en el vacío su mirada ausente
cargada de fracasos,
En la noche
Sus notas se elevaban
Subiendo a lo más alto.
Con el humo del cigarro hacia
tirabuzones
Dibujando en el cielo, mariposas de
papel
Que lujuriosas bailaban un tango
Dando besos sin promesas, mintiéndole al
amor
Aquel hombre, soñaba mientras tocaba
Erguido junto a la esquina
Seguía tocando el violín
Abría con su música, los rincones del
alma
El viento que soplaba
Dio salida a las arañas que cohabitaban
su mente
Rompiendo la pegajosa tela que habían creado
Su música abrió ventanales de luz
Que dieran paso a horas de olvido, y
La noche cayó rendida
A nuevos amaneceres
Una sonrisa nueva se dibujaba
En los labios resecos de aquel hombre
C. Parra