Pienso en aquellas
mañanas “de ayer”
que respirábamos
en casa, aroma
a café recién
hecho, pan tostado, y
sobre el jarrón
de la mesa
un ramo de
margaritas recién cortadas.
Desde mí
adentro pugna por salir
un largo
desfile de sueños, que
insistentes despiertan recuerdos
que guarda mi retina
el sorbo de café tomado a toda prisa
“por mi padre “
La sonrisa y la
copla en la boca de mi madre
tarareando cantos
de amor y vida.
Ahora, cuando
han caído las hojas del calendario
sigo guardando
en el hueco de la memoria
todos aquellos
sueños.
Hoy...
Después de
tantos años, acaricio tu nombre,
al besar los
almendros
En mi vientre la
hondura de tu abrazo, y
el fuego de tu
palabra hecha caricia
encendiendo mi
sangre
C. parra