Yo sé, que estuve en tus suspiros,
En la ensoñación de tus proyectos
En tu insaciable apetito
Estuve, “si”
Aunque me sabías prohibida
Sé que siempre fuí para ti
Sombra callada
Nunca quise permanecer en tus dedos
Aunque deseaba un abrazo
Un roce que me hiciera sentir viva
Tú latido en mi piel, que ajusticiara mis miedos
No quise retenerte, tampoco tenerte
Pero algo en mí, me obliga a imaginarte
Pensarte como
río, y que
En tus aguas naveguen mis versos
Así como al descuido.
C. Parra