Duerme en el olvido la última
vez que me llamé
tampoco piso mi sombra
recuerdo haber subido
todas mis quimeras, a una montaña, y
en su cima las enterré.
Me acompañaban al subir,
una legión de mariposas
que quedaron inamovibles al perder sus alas.
En aquella cima dejé, las
quimeras soñadas,
todo cuanto había esperado.
al bajar lo hice sin
prisas, sonriendo, y
cuando llegé a casa guardé en una caja
lo que aún quedaba
no quería que el polvo o
la polilla lo hicieran desaparecer
Hoy, después del tiempo,
a cuestas con la esperanza
tengo en mi vida realidades,
un tesoro de metáforas
palabras que al
hilvanarlas crean versos
en ellos voy dejando
el alma.
Como ayer, me gustan
las madrugadas, y
me gusta idear que voy
pisando aquella playa
Aquella blanca arena en
la madrugada
en la que, encontré
caracolas llenas de versos
envueltos en besos de
nácar.
una bicicleta que me buscaba
y una susurrante voz que me llamaba
en mis sueños no importa para nada,
si
son las tres o las cinco de la mañana
es igual.
Las olas
siempre vuelven a la playa
C. Parra