Retrocedo en el tiempo, y me veo,
sobrevolando los peldaños de la escalera,
cuando el cartero voceaba mi nombre.
Con impaciencia le esperaba cada día,
porque cada día él, me regalaba sonriendo
una maleta de sueños.
Una biblia por ti escrita, solo con la palabra AMOR
dos veces al día solía venir aquel ejemplar cartero
mañana... y tarde
Engordando todas mis ilusiónes
vistiendolas de colores, y
mágicas quimeras.
Te diré amor por si lo has olvidado, que sigo viviendo aquí
ya sabes querido, me alojé sin pretenderlo
dentro de un poema.
Aún recibo cartas, alguna que otra flor, pero yo
persistente riego sin descanso las esquinas, para que
nazcan liilas y margaritas, que me llenen de esperanza
C. Parra