El acento no está en mi lenguaje
Tampoco lo fijo en la mirada
Ni siquiera en el beso.
Quizás,
Mi acento esté en la piel
En mis poros
En mi pelo
En los pasos que doy cuando voy a tu encuentro
Puede que esté, en la fuerza que derrama la
mirada
Al vaciarme de mí, para hundirse en tu cuerpo.
En la humedad de mi boca si te pienso
En la palabra inventada
Esa que nace en la entraña recorriendo la sangre,
Con sentimientos nuevos.
Acaso esté, cuando pongo limite a las estrellas
Mirando al cielo,
Puede estar en la mano tendida
Cuando agarra tus dedos.
En el abrazo que a mi te anuda
En querer y no poder, decirte lo que pienso
¿Dónde está mi acento?
Yo soy, la que siembra primaveras en los
inviernos,
La que enciende el calor en el hogar,
Sin leños
¿O quizás sea yo misma el acento?
C. Parra