tutela
vírgenes los instantes vividos,
los
almacena como en un ritual mágico,
los
defiende de la fría ausencia y
el sigilo de
los silencios.
Se nutre del
fuerte oleaje
que agitan
los sentimientos,
provocando
a veces llanto y desgarro,
Intenta adormecerlos,
abrir un paraguas
que impida
la lluvia
de soledades que a veces
empapa hasta
la entraña
se
defiende activando la memoria
en un
intento de despertar días de sol
cerrar
puertas a las sombras
para que no
claven dagas en mi sangre
la memoria
debiera avivar solo la caricia
que
permanece dormida
nutrir de
caricias la piel reseca
los labios
sellados abrirlos en una sonrisa
C. Parra