No
No estuve contigo en París,
tus pisadas y las
mías no humillaron sus calles,
tu pecho no acunó
al mío,
ni oí tus latido,
pero si tu voz
bronca y suave , que pintaba imágenes
de amor en las
piedras .
No sé definirte,
en realidad no te
conozco y nunca he llegado a descubrir
la verdad que
proclama tu poesía.
Creo que ambos
fracasamos,
Yo, por creerme
musa mística en tu vida,
lluvia de amor y
palabra al abrazarte,
sin saber que
emprendía un viaje equivocado,
de tierra a
cielo…….
fuiste caricia y
espada,
Paraíso y desierto,
Palabra y silencio,
Agua y fruta
prohibida,
¿Qué reclamo?
Nada.
La memoria del agua
no existe,
Y la frontera que
separa tu alma y la mía
son como los
límites que impone el sol,
fronteras entre los
océanos y la tierra
que separan por
siempre nuestros cuerpos.
C, Parra