
Esta noche fría como el cuarzo
con mil huecos repletos de llanto
Tenebrosa y gris hasta asfixiarme
¿a que vivirla?
Yo que quise que mi lengua
fuera siempre alquimista de dolores
y después de trasmutados
devolverlos en lingotes de amor
Hoy me sitia un frío lecho
una puerta ante mí que no se abre
agradándome la luz letal que tras ella
me llama y me envuelve
Hoy veo mis manos muertas y presiento
la cita tras la puerta del labio mudo
Stella
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